viernes, 26 de octubre de 2012


Festejando a La Catrina

A sólo algunos días de que se celebre en el país una de las tradiciones más antiguas, el día de muertos, en Ocotlán también comienzan a prepararse para los festejos que este día amerita.

Desde el punto de vista religioso, el día primero de noviembre está dedicado a todos los Santos y el día dos a los Fieles Difuntos. Es el tiempo en que las almas de los parientes fallecidos regresan a casa para convivir con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares.

Aunque la muerte de un ser querido conlleva tristeza y desolación, para los mexicanos el día primero y segundo del mes de noviembre, significan alegría, regocijó, felicidad; es el día en que se convive con la Catrina, la Huesuda, la Flaca, aquella que en algún momento vendrá para llevarnos con ella.

En el panteón municipal de Ocotlán, la afluencia de familiares que acuden con sus escobas, trapos, baldes, para comenzar a limpiar lo que es la última morada de algún ser querido, es cada vez mayor. Siendo las once de la mañana, la paz y tranquilidad que normalmente se siente en el ambiente dentro del cementerio, el cantar de las aves que se deja escuchar por la calma del silencio, es interrumpido por la música de quienes alegremente limpian las tumbas.
Sin embargo, no sólo aquellas personas que tienen algún ser querido enterrado se preparan para estos dos días de fiesta, las autoridades municipales hacen lo propio. Diego de Jesús Cervantes Maldonado, Comisario de seguridad pública, explica que ya se tiene un equipo destinado a salvaguardar a los visitantes: “El dispositivo de seguridad abarcará no solamente el interior del panteón sino también a varias manzanas, nuestro objetivo es que la gente que vaya, cumpla con su tradición, vaya y visite sus muertos de una manera tranquila, pacifica... Tenemos un despliegue de seguridad para que todo esto marche con orden; cada una de las áreas, hablando de Vialidad, Protección Civil y Seguridad Pública, cada una de ellas tiene una actividad específica y tenemos un orden de operación”.

Entre más transcurre el tiempo, es mayor el número de personas que entran por la puerta principal del campo santo, animados y con sus enceres de limpieza, unos solos y otros acompañados. Las familias se preparan para la visita de sus difuntos. Así también lo hacen los comerciantes, ya que a las afueras del panteón comienza por parte de Reglamentos el operativo para el establecimiento de puestos ambulantes que permanecerán los días uno y dos. “Las festividades inician con peticiones que ya se han presentado por parte de los comerciantes, sus necesidades de espacio… por lo regular el promedio de espacio que solicitan ellos es de tres metros por dos o uno y medio, estamos hablando de 6 metros por solicitante. Nosotros esperamos alrededor de 100 permisos autorizados, esperamos un ingreso de 6 mil a 7 mil pesos por los permisos otorgados, ese es nuestro proyecto… ya las calles se rayaron, se hicieron los espacios, ya se registraron y los espacios para los comerciantes son a partir, por la calle Madero, de Pípila y Nicolás Bravo; esto con el objetivo de no causar tantas molestias a los vecinos. Así lo comentó el Abogado Jorge Ortega Montes, Coordinador de Inspección de Reglamentos.

La calle Madero el día primero a las ocho de la noche se convertirá en el camino de un cortejo alegre, desfilaran catrinas, calaveras y carros alegóricos; las calles hasta llegar al panteón se convertirán en un pasaje de leyendas, historias sobre muertos que vienen a visitar a los aún vivos. Esto será posible por las actividades culturales que se promoverán durante ambos días. “En la procesión del día primero va a estar el taller de teatro del Maestro Modesto Hernández, sus alumnos van a ir contando leyendas en el recorrido del desfile, también participaran escuelas como la ETI y UNID con carros alegóricos y a pie, todos con vestuarios alusivos a estos días”. Lo comenta así la Maestra Alma Rosa Tirado, Jefa de Educación y Cultura. Otras de las actividades previstas son la visita a tumbas de personajes ilustres de Ocotlán y la recitación de historias y leyendas dentro del campo santo. El recorrido del desfile o procesión será saliendo de Pino Suárez, la calle a lado de la Parroquia y Madero hasta llegar al Panteón.

La tarde cae poco a poco, el viento sopla en el panteón, las familias entran y salen.
Tumbas del Panteón Municipal de Ocotlán, Jalisco
Las tumbas, las capillas, unas abandonadas, otras muy arregladas, algunas vestidas de colores lilas, naranjas, azules, otras sólo rodeadas de ladrillos, en el suelo o con una construcción; cruces, santos, vírgenes, unos más deteriorados que otros por el paso del tiempo. 

Entre más recorres los pasillos del cementerio, hay más silencio, el viento se respira diferente, huele a pino, huele a paz. No obstante todo esto se esfuma el día primero, cuando llegan los vivos a visitar a los difuntos, cuando les dedicamos un día  para volver a convivir con ellos.


lunes, 2 de julio de 2012

Ocotlán entre basura

Así lucen algunas de las calles ubicadas en la zona centro de Ocotlán desde el día sábado, algunos vecinos aseguran que ya hicieron el reporte y hasta hoy las autoridades no han hecho nada al respecto.

Calle Morelos esquina 1910

Calle Jalisco esquina Morelos


Calle 1910 esquina Morelos

Calle Morelos esquina Ramón Corona

Calle Hidalgo esquina Reforma

Calle Hidalgo esquina Zaragoza

Calle Hidalgo esquina 1910




Calle Aquiles Serdán esquina 1910

Calle Álvaro Obregón esquina 1910




jueves, 7 de junio de 2012

No para todos brilla el sol


Vendedores ambulantes de fruta, compiten por estar al paso de la gente, aunque esto signifique vender menos debido a la cercanía de los puestos.

Por la falta de regulación por parte del Gobierno Municipal de Ocotlán, Jalisco, la competencia entre vendedores ambulantes de fruta, en la zona centro de la ciudad, es alta.
Caminando por la colonia centro, no resulta raro ver puestos de fruta separados unos de otros por sólo una o dos cuadras de distancia. Existen 8 puestos ubicados en las calles principales, Madero e Hidalgo; en el resto de la zona centro se encuentran aproximadamente 5 puestos más. Los propietarios de estos negocios ambulantes se ven afectados por la proximidad de su competencia.
Salvador Rosas, tiene un puesto de fruta desde hace 25 años en la esquina de Madero con Reforma y afirma que: “no hay regulación por parte del gobierno para nosotros, por eso la competencia es tanta”. El lugar en el que Salvador vende la fruta, es una “herencia”, como el mismo lo mencionó, ya que en esa misma esquina vendía su abuelo. “Estudié hasta segundo de secundaría; es el trabajo que aprendí a hacer, de joven me venía a ayudarle a mi abuelo con el carrito, cuando él ya no pudo seguirle me dejo la esquina para que yo vendiera. Desde hace 25 años está es mi profesión”.
Puesto de fruta del sr. Salvador Rosas

Comenta que las ventas eran altas antes de que se permitiera el establecimiento de otros “carritos de fruta” con tan poca distancia de por medio. “Hace muchos años no te dejaban poner si había otro frutero cerquita; llegaba a ganar en un día hasta mil 500 pesos de lunes a viernes y los fines hasta tres mil pesos, de unos años para acá, mis ganancias son como de 200 o 250 pesos diarios y mil pesos en fin de semana. Para ser más exactos, desde que el puesto de la otra esquina (Hidalgo con Reforma) se puso, mis ventas bajaron”.
Además de este puesto, Salvador tiene un carrito más que no está fijo, sino que recorre las calles para vender fruta, el cual trabaja uno de sus hijos. “No dejamos el puesto fijo como este porque no nos dejaron los del gobierno. Queríamos que el carrito estuviera en la esquina de Hidalgo y esta (Reforma) pero no nos dejaron y le dieron el permiso a alguien más; finalmente ponen a los que ellos quieren”.
Asegura que cada cambio de administración intentan removerlo de esa esquina e incluso una vez estuvo preso, sólo porque no accedió a dejar el lugar. “Aquí cada que cambian de presidente lo quieren quitar a uno para dejar el campo a conocidos; no diré que administración, ni el nombre del fulano, pero me agarre a golpes con el encargado porque quería poner en mi lugar a un sobrino suyo. Su actitud fue déspota y grosera y como no me deje pase una noche en la cárcel y tuve que pagar una multa. Al otro no le hicieron nada. Me dejaron aquí para que no los demandara por tráfico de influencias y de aquí no pienso moverme en muchos años”. Salvador menciona que es necesario que el Municipio regule los permisos pues es debido a esto que “el sol no brilla para todos”.
Por otro lado, la Señora Ana, que vende en la esquina de Hidalgo y Reforma, a una cuadra de distancia de Salvador, opina que aunque las ventas no son muy altas es bueno tener la competencia tan cerca. “Tener a una cuadra a otro que venda no es tan malo, la gente compra porque ven que está limpio y atendemos bien, de no hacerlo se irían a comprar a otro lado, estando lejos o cerca el próximo carrito de fruta”.
Asimismo menciona que sus ganancias son parecidas a las de Salvador, en un día puede ganar hasta 300 pesos, “si lo ponemos al mes, no esta tan mal porque de ganancia total te andan quedando entre ocho mil y 10 mil pesos, ya quitando lo que le invierte uno. Con tantos años vendiendo, seguido nos vamos mi familia y yo de vacaciones y mi viejo y yo compramos nuestra camionetita y hay vamos construyendo en la casa”. Con ganancias de este tipo, rentar un local no es una opción, ya que vendiendo en la calle están al paso de la gente.
Por el momento no habrá cambios en la regulación actual por parte del Municipio, mientras la plaza de 5 pesos diarios cobrados a los vendedores se siga pagando, el Ayuntamiento no removerá a nadie, aunque la posibilidad de permitir más vendedores existe. 

Galeria

Puesto ubicado en la esquina de Madero y Ocampo


Puesto ubicado en esquina de Madero y Leandro Valle


Puesto ubicado en la esquina de 1910 y Madero


jueves, 17 de mayo de 2012

De la necesidad a la comodidad


Las campanas de la iglesia principal de Ocotlán marcaban las 12 horas, a lo lejos una joven robusta, de aspecto desaliñado, vestida de pantalón de mezclilla roto y una blusa que parecía ser roja, desteñida por el paso del tiempo; en las manos, un balde y una franela; con paso lento se acercaba a los automovilistas para preguntarles: “¿una lavadita jefe?”.
Su nombre es Laura, tiene 19 años y es mamá de un niño de 4 años de edad. Sólo estudió hasta sexto de primaria. Siendo su papá un lavacoches desde hace ya varios años, es el oficio que eligió para apoyar a su familia y sacar adelante a su hijo. Por las mañanas, ésta es su actividad, sin embargo, no es la única que tiene. “Cuando vez que tu chamaco tiene hambre y no hay nada pa´que coma, tienes que fregarle en lo que sea”. Desde hace 1 año, por las noches, Laura es bailarina exótica en un table dance.
De lavacoches gana aproximadamente 500 pesos semanales. “hay días buenos y días malos, chance en una semana puedo ganar  300 pesos, porque nomás trabajo algunos días y por ratos, a veces hay chamba por los que trabajan en la presidencia y puedo sacar hasta mil en la semana, pero a veces no hay nada. Los gastos no esperan ni el hambre y hay que tener pa´la renta, la comida, la escuela de mi chamaco y todo lo demás”.
Aunque su aspecto físico no es como el de una modelo, como ella misma lo mencionó, encontró un empleo que no es bien visto por la sociedad pero ayuda a tener una vida más desahogada económicamente. A los 18 años, fue su papá quien la llevó al table dance que se ubica a las afueras de Ocotlán, a pedir empleo como bailarina. “Soy gordita, pero a los viejos también les gusta la carnita. Faltaba dinero en la casa y por burra, por no tener estudios no encontraba nada bien pagado. Mi papá me dijo de ese trabajo y él me acompaño, le pedí chance al dueño y comencé a trabajar bailando y haciendo sex. Al principio pensé que con el dinero que sacaba, podía estudiar la secundaria y la prepa abierta para después hacer una carrera y tener un mejor trabajo, pero me gusto ganar mucho y esforzarme poco”.
En una semana aunque sus ganancias se dividen en un 50% con el dueño del lugar, Laura obtiene ingresos libres por aproximadamente 10 mil pesos. Por un trago el cliente le paga 50 pesos, en una noche ella se puede beber hasta 30 tragos sin llegar a estar ebria. “Tienes que agarrar callo pa´la tomadera, entre más aguantes más dinero ganas, aunque también hacen el paro los de barra, cuando ven que es de madrugada y hay muchos clientes nos rebajan la bebida y así aguantamos aún más”.
El “sex” o “sexy”, es el baile erótico, en el cual existe un contacto físico más intimo con el cliente, está permitido que él toque a la bailarina y la duración es de una canción. “Por sex se cobran 100 pesos, no te quitas la ropa pero el cliente puede tocar lo que quiera”. Es con éste baile que sus ganancias de una noche pueden ascender hasta los 2 mil pesos libres, incluso más.

Además de los tragos y los sex´s de una noche, es decisión de la bailarina si quiere tener algo más con el cliente; por un privado se cobran mil pesos y esta ganancia se divide también con el 50% para la bailarina y 50% el dueño.
Laura, aún con un ingreso por 10 mil pesos semanales decidió seguir de lavacoches por su hijo, porque aunque esta pequeño ella no quiere que se entere a que se dedica su mamá. “La gente te juzga sin preguntar, pero no quiero que mi niño pase por las decadencias que yo pasé. Quiero que tenga una buena educación, que crezca en una casa bonita y un barrio bien”.
Sus ingresos mensuales son por 40 o 50 mil pesos, sus egresos ascienden a 20 mil pesos, entre gastos de alimento, ropa, renta, el pago de su auto, la colegiatura de su hijo, entre otras cosas. “Haciendo cuentas, gasto mucho [ríe], pero me gusta vivir bien. La gente me pregunta cómo con un sueldo de lavacoches puedo darme esta vida, entonces les cuento la historia de que el papá de mi hijo se fue al otro lado y desde haya me manda dólares y entonces de metiches me dicen que deje de trabajar lavando carros pero yo les digo que no, que mi hijo tiene que ver y aprender que hay que trabajar aunque lo tenga todo”.
Después de un año dedicándose a ser bailarina exótica, Laura no tienes planes de dejar ese empleo. “Gano mucho y aunque a veces te tocan viejos feos, que huelen mal, borrachos, sé que no voy a encontrar un trabajo en donde me paguen así. No podre dedicarme toda la vida a esto porque la carne se cae y todo se mueve de su lugar con los años, pero ya comienzo a ahorrar, con lo que gane de aquí a que me retire no necesitaré trabajar en nada más y viviere como reina y mi hijo como todo un principito”.
Es casi media noche, las luces se apagan en el table dance, sólo un reflector queda encendido y apunta al escenario, la canción “Il'l be There Four You” de Bon Jovi acompaña el ambiente, lentamente sale de entre las cortinas una joven robusta con antifaz, vestida con una mini falda roja, un top del mismo color decorado con piedras brillosas, tacones altos y cabello suelto, se desplaza lentamente sobre el escenario y comienza a bailar para los espectadores.




jueves, 26 de abril de 2012

Negocio tabacalero poco redituable para productores


Mientras una empresa tabacalera genera al año ganancias millonarias, un productor de tabaco sólo obtiene ingresos por aproximadamente 120 mil pesos.
En México, tres son los estados productores de tabaco, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), Nayarit es el principal productor, en él se cultiva fundamentalmente tabaco fino, tabaco curado al calor y tabaco oscuro curado al aire; Veracruz, produce tabaco oscuro curado al aire al igual que Chiapas.
En la localidad de La Presa, ubicada en el municipio de Santiago Ixcuintla, Nayarit, la familia del señor Fidencio Gómez Martínez se dedica a la producción del tabaco desde hace ya varias décadas. Su nieto, Fidencio Gómez Bautista, explicó cómo es la producción del tabaco y lo poco redituable que desde hace 15 años resulta dedicarse a este negocio por los altos costos, lo mal pagado que es y el trabajo agotador que demanda, ya que el tabaco es un cultivo intensivo en mano de obra, que requiere por término medio unas 2.200 horas de trabajo por hectárea, más que cualquier otro tipo de cultivo. 
El proceso del tabaco comienza a finales de noviembre, “en este mes se prepara la tierra, se ara para posteriormente plantar el tabaco, el cual lo entrega la compañía con la que tenemos convenio, que es la British American Tobacco, en plantitas de 10 cm. Se riega, se fumiga y se abona la tierra; las plantas del tabaco alcanzan una altura de 1.70 metros, es un vástago con hojas de un promedio cada una de 40 cm.” Comentó Fidencio.
Cuando el tabaco alcanza dicha altura significa que ha llegado a una etapa de madurez, en la cual se puede proceder a cortar la hoja y ensartarla. El ensartado, explicó Fidencio, consiste en “colocar en agujas de 1 metro un hilo de 4 metros sobre el cual se distribuyen las hojas de tabaco. Una vez ensartado se cuelgan en galeras, que son estructuras de palos de mangle, para que se seque”.
El tabaco dura ensartado de tres a cuatro semanas; cuando está en el punto de deshidratación necesario se recoge sobre el hilillo hasta hacer la sarta más pequeña. “Con el tabaco compactado, se cortan los excedentes de hilo y se amarran de nuevo, quedan como una falta de hula hula, formando así un chapil, que es un montón de tabaco apilado”. Este proceso se hace en la madrugada para que el tabaco no se toste con el sol y permita su manipulación; se deja cinco días en el chapil para después hacer pacas de tabaco compactado y seco de un peso aproximado de 40 kilos, a este proceso se le llama enfardar y es necesario para la entrega a la compañía.
Aún cuando las compañías tabacaleras financian a los productores, los altos costos impiden que las ganancias sean mayores a los gatos que estos tienen.  Al inicio de la siembra la compañía provee al productor de todo lo necesario para el cultivo,  como son las plantas de tabaco, los químicos, el sueldo de los empleados, etc., no obstante, al final del periodo, que es en el mes de mayo, la empresa tabacalera cobra al productor todos esos gastos, dejando a éste con una ganancia neta de un 10 a un 20%.
La empresa a la cual le vende la familia del sr. Fidencio, la Britihs American Tobacco, es la segunda compañía tabacalera mas importante en México y en el mundo; en 1997 compró "Cigarrera la Moderna", compañía a la cual en un principio la familia vendía el tabaco. Sin embargo, al no tener una alta competencia, los productores tienen que aceptar los términos y condiciones que la compañía quiera a la hora de comprar el producto.
“Somos muchos los que cultivamos el tabaco pero sólo hay dos empresas que pueden comprarnos, yo como productor tengo competencia pero la empresa no, porque o le vendo a ella o me quedo con mi producción, es por eso que se ponen sus moños a la hora de comprarnos porque saben que de todos modos vamos a venderles. Preferimos ganarle poco a perder todo”. Así lo comentó Fidencio.
Las condiciones que llega a poner la compañía hacen que el costo de venta baje y es que el precio total varía de los 15 a los 30 pesos por kilo de tabaco dependiendo de la clasificación que otorgue la empresa. Esta es la principal barrera a la que se enfrentan los productores. Según Fidencio, el tabaco lo tienen que entregar seco, en fardos, que son las pacas de tabaco seco y empacado, con un peso de 40 a 50 kilos, si el peso es excedido la compañía regresa el producto y no lo recibe hasta que lleve las especificaciones correctas. Además del bajo costo al que compran es necesario que cumplan con las reglas que ellos ponen para su compra.
Comparación
La British American Tobacco, produce al año cerca de 12,500 millones de cigarros, lo que podría ser equivalente a 625 millones de cajetillas al año, considerando en promedio que cada cajetilla tiene 20 cigarros. Las marcas que maneja la compañía en nuestro país son Montana y Raleigh, los cuales tienen un costo alrededor de 35 a 40 pesos. Comparado con el costo de venta del tabaco, es un 70% más lo que cuesta la cajetilla que el costo del kilo del tabaco.
De un kilo de tabaco se pueden producir aproximadamente 2,300 cigarros, lo que equivaldría a 115 cajetillas. En este caso, la compañía invierte 30 pesos en tabaco y obtiene 4,600 pesos por su venta. Quitando los gastos de producción la compañía tabacalera obtiene una ganancia neta aproximada de 1,800 pesos por kilo de tabaco comprado.
No se sabe con exactitud cuál es la ganancia neta al final del año de una empresa tabacalera, no obstante, las ganancias netas al final del periodo para un productor están cerca de los 120 mil pesos, el 20% de la utilidad final. Los meses de producción que van de noviembre a mayo se pueden lograr ganancias de 600 mil pesos, sin embargo el 80% es pagado a la compañía por el préstamo para el trabajo de las tierras.
“Hace 15 o 20 años, el negocio de producción tabacalera era muy bueno, porque nos quedaba el 90% de las ganancias generadas. En épocas de cosecha había mucha productividad, hacían fiestas, la gente acostumbraba abarrotar los centros botaneros y las cantinas con amigos y familia, contrataban la banda y celebraban las ganancias del año trabajado. Pero de esa fecha para adelante todo cambió y las utilidades se redujeron en un 70% y no ha habido mejoras”, concluye así Fidencio.
Podría parecer increíble lo mal pagado que es el negocio tabacalero, quizá la pregunta que se realice es por qué es tan caro comprar cigarros si el tabaco, que es su materia prima es tan barato.


jueves, 1 de marzo de 2012

Todo se infla menos la cartera


Aunque el salario mínimo aumentó este año un 4.2%, los precios de la canasta básica, por otra lado, aumentaron 8%
Por increíble que parezca, en México durante los últimos diez años, el salario mínimo ha aumentado sólo $20.69, lo que equivale a $2.06 por año aproximadamente. Según datos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), el Consejo de Representantes acordó un aumento general del 4.2% para el presente año, así el salario mínimo paso de $58.82 diarios a $62.33 diarios en el área geográfica A, de $58.13 en el área B a $60.57 y en el área C de $56.70 a $59.08.
No obstante, según una nota de El Economista, los hogares mexicanos vieron mermado su poder adquisitivo con una canasta básica cuyo índice creció casi 1%. Sin embargo, 1% suena poco comparado con 4.2% del aumento del salario, aunque la realidad es que este porcentaje resulta un mayor golpe a los bolsillos de las familias mexicanas y esto se debe, a que en los últimos ocho años la canasta básica ha alcanzado un aumento del 105% aproximadamente.
Si se considera que en México alrededor de 5 millones de personas que se encuentran ocupando un puesto laboral gana el mínimo y sumado a esta cifra están los 60 millones de pobres que laboran en lo que pueden, obteniendo ganancias quizá menores, el incremento del salario contra la suba de la canasta básica resulta poco.
Datos del Instituto Nacional de Precios al Consumidor (INPC), revelaron que debido al alza del costo en diversos insumos, para el presente año se contempló un aumento promedio en los precios de los productos básicos de un 10 a 15%. De los 89 bienes y servicios considerados dentro de la canasta entre los que se encuentran alimentos, vivienda, transporte, educación, salud, entre otros, ciertos productos aumentaron hasta en un 80%. 
En declaraciones hechas en febrero del 2011, Ernesto Cordero, entonces titular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP),  una familia mexicana puede vivir con seis mil pesos mensuales.  No obstante una familia que gana el mínimo diario, sólo obtiene un ingreso mensual alrededor de dos mil pesos.
La incógnita de cómo sobrevive la mayor parte de la población del país queda en el aire. Mientras tanto habrá que esperar cuanto más se inflan los precios conforme avanza el año y que tanto se ven afectadas las carteras de los mexicanos.

lunes, 18 de octubre de 2010

Rumbo al "sueño americano"


Ciudadano 100% hondureño. Así se describe Enrique. A sus 34 años de edad es la tercera ocasión que trata de cruzar la frontera para llegar a Estado Unidos; a Los Ángeles específicamente. Motivado por la idea de conseguir un buen trabajo en la construcción como albañil, para que su hijo de 15 años, en un futuro pueda ir a la universidad. “Lo hago por él. Porque quiero que él estudie. Esa es mi meta, que él vaya a la universidad y tenga una profesión. Ya que yo, no la tuve”.

De pronto su mirada se pierde en el horizonte. Recuerda con nostalgia a su esposa, su hijo, su casa y lo que hasta el año pasado aún tenía. “Cuando hubo el golpe de estado en mi país, muchos inversionistas se fueron de él por temor a una guerra. Yo trabajaba en una zona hotelera; hablo inglés. Estudie y me prepare cuando estuve en la Fuerza Aérea Hondureña”. A su mente vino, que él tenía 16 años de edad cuando lo obligaron a cumplir dos años de servicio a su patria en el ejercito. “En mi país es obligatorio. Ahorita ya es a los 18 porque se metió Derechos Humanos”.

Con el golpe de estado en Honduras, la economía se vio seriamente afectada. Es entonces cuando Enrique decidió emprender este peligroso viaje. Su primer intento fue hace casi un año; ahora esta es la tercera ocasión en que pretende llegar al vecino país. “La primera vez, me deportaron de Arizona; la segunda, ya me agarraron adentro. En una redada que hubo del “ice” haya en Los Ángeles, en una fábrica de ropa, ahí me agarraron y me deportaron; ahorita ya voy a intentarlo otra vez, (ríe)”.

Cuando es migración de Estados Unidos la que los atrapa, los detienen antes de su deportación en un centro de detención por 15 días o un mes; “nos mandan en un avión especial del `Marcha’, Estados Unidos”, comentó el hondureño. En cambio, si son detenidos por migración mexicana, son enviados en autobús hasta su país; “en autobús de primera, nos dan comida; la verdad migración nos trata bien. No se presta a sobornos ni nada. No me han hecho nada, sólo lo tiran a uno otra vez para Honduras”.

Su travesía volvió a comenzar. De nuevo su punto de partida es Honduras. Su transporte el tren. Salió de su país hace ya 25 días, con una mochila en la que colocó abrigos, una cobija y dos cambios de ropa; 500 dólares de los cuales entre sobornos, asaltos, algunos camiones que ha tomado y un poco de comida, ya no le queda nada. Pero esta vez no viaja solo, su hermano lo acompaña.

Su viaje comenzó el 14 de Octubre. De Honduras se fueron a Guatemala. “En Guatemala nosotros podemos andar porque hay un acuerdo entre los cinco; la Hermana República de Centroamérica que son: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Puedo transitar libremente con mi credencial. Ahí no tuve problemas. Pero si uno no trae credencial, hay que rodear para que migración no nos agarre”. En Guatemala Enrique y su hermano cruzaron a México por Tecuma, San Marcos, un lugar que hace frontera con Hidalgo, Chipas. “En una cámara grande, un neumático, ahí lo cruzan por un río. Cobran 10 quetzales, lo equivalente a 15 o 16 pesos”. Fue aquí en donde abordaron su primer tren y comenzó el peligro. “Lo más duro aquí para la travesía de nosotros es Chiapas y Oaxaca”, mencionó Enrique.

Frío, hambre, maltratos, robos, asaltos, corrupción, enfermedades, accidentes; es lo que hay en los recuerdo del hondureño. Recuerdos que han marcado una parte de su vida. “Hemos pasado noches terribles; en el Pico de Orizaba Veracruz pasa el tren por 32 túneles ¡y hace un frío! Que tenía que abrazarme con mi hermano para darnos calor”. Miró hacia su mochila que se encontraba justo a su lado, vio su cobija, cerró los ojos y dijo: “tenemos que aguantarnos el frío”. Con los ojos aún cerrados confiesa que en Veracruz las vías estaban en mal estado, por lo tanto no había tren; caminaron aproximadamente 300 kilómetros, alrededor de nueve días. Viajar por la carretera resulta peligroso porque hay retenes y migración, por tanto, corren el riesgo de ser detenidos y enviados a su país.

No obstante, el peligro al que se expusieron fue aún más grande. “Cuando veníamos caminando nos salieron unos rateros y como no nos encontraron dinero, nos pegaron con unas reglas, nos dejaron todo morado”. Una lágrima se escapó de sus ojos castaños, pero antes de llegar a su mejilla la limpió bruscamente. Sobó su pierna derecha y levantó un poco su pantalón de mezclilla; “me dieron como tres reglazos sólo, porque no traía dinero”.

Pero eso fue apenas el comienzo del duro viaje que le esperaba. En Veracruz se enfermo y fue un Sacerdote de Playa Vicente quien lo ayudo. “Estuve cinco días enfermo de dengue hemorrágico. Había muchos moscos y como nosotros pasamos por pantanos; porque son cinco garitas (puestos de vigilancia) los que tenemos que rodear. Es bien difícil y más las volantas que se ponen, las carreras que les dicen”. La volanta es un coche abierto con una sola fila de asientos, con varas muy largas y cuatro ruedas de gran tamaño. Enrique soltó un suspiro y dijo: “tenemos que pasar por pantanos, a veces por el monte, arriesgando a que nos pique una culebra; a veces encontramos compañeros muertos en el camino”. El silencio lo ahogó.

La tristeza lo invadió nuevamente y antes de que se apoderara de él, cambio el tema repentinamente. “Hemos venido trabajando. En el estado de Oaxaca trabajamos tres días en lo que es la construcción, nos dijeron que nosotros los habíamos robado, nos culparon y no nos pagaron. Fuimos a Derechos Humanos y empezaron un proceso,  pero nos teníamos que quedar un mes o dos y mejor nos fuimos”. Pero ahí no pararon las injusticias: “en Palomares, Oaxaca los federales me quitaron mil 500 pesos. Es un reten que lo chequea a uno y le pide una identificación, haces como que le das tu credencial para que la vea y él agarra el dinero”; de esta forma lo dejaron continuar su camino, sólo para que más adelante le volvieran a hacer lo mismo. “Los policías en un lugar llamado Lecherías, Estado de México, me quitaron mil 200 pesos, me dijeron que me iban a deportar y me quitaron el dinero. La patrulla es la 054 de Cuautitlán Izcalli (México), esto fue hace seis días”. Concluyó.

El silbido del tren se escuchó a lo lejos; segundo a segundo se volvía más alto conforme se iba acercando, la música compuesta por sus ruedas al pisar las vías, hicieron que Enrique se perdiera en ella. Miró sus manos ásperas por un momento y comenzó a hablar, con un tono tan bajo que parecía que se lo decía a la soledad: “son cosas que nos pasan, puras cosas tristes. En este camino se sufre, se sufre mucho. Aquí se tiene una cruz que llevamos cargando hasta que lleguemos haya”.

El tren pasó frente a él sin reconocerlo. Los ojos de Enrique se llenaron de agua. Las lágrimas comenzaron a brotar, recorrieron sus mejillas y lentamente llegaron hasta la comisura de sus labios desérticos. “Me toco ver en Arriaga, Chiapas, a una muchacha; es muy triste acordarme; le corto el pie”. Señalando unos centímetros arriba de la rodilla, continuó, “quiso tomar el tren y no pudo poner el pie en la grada, se resbalo, se le fue el pie para adentro y se lo corto. ¡Es muy triste! A otro muchacho lo partió”. Este último accidente ocurrió en Iztepec, Oaxaca y fue el más impactante, pues al joven lo partió el tren en dos por la cintura. Pero ellos también vivieron en carne propia los accidentes; es la primera vez que su hermano hace este viaje y fue él a quien el tren le hizo una mala jugada: “A él le da miedo. Nos hemos venido partecitas en autobús porque le da miedo el tren, ya lo ha arrastrado”. Afortunadamente sólo fueron unos raspones en la espalda. Su accidente no tuvo mayores consecuencias. Sin embargo, el hondureño tiene la esperanza de juntar algún de dinero durante su estancia en Ocotlán, Jalisco para viajar en autobús hasta Guadalajara, “no quiero que le vaya a pasar algo”, comentó mientras limpiaba las últimas lagrimas.

Un halo de esperanza lo invadió repentinamente, su mirada cambió por completo y su tristeza se esfumo por un instante. “Ya por acá es más tranquilo, ya casi vamos a llegar, estamos cerca de lograrlo. Hay que llevar la fe siempre, hay que ser optimistas, hay que tener la fe en Dios. Todos los días me comunico con él, es una comunicación muy bonita”. Su mirada se eleva al cielo, un suspiro salió desde su corazón y no pudo evitar pronunciar: “gracias a Dios no nos ha pasado nada; vamos bien, vamos bien”.

Si todo resulta conveniente, en seis días aproximadamente Enrique y su hermano estarán en la frontera norte. Una vez ahí, comenzaran otra travesía, pero esta vez, no habrá tren, las vías desaparecerán y sólo existirá arena bajo sus pies. “Buscamos un coyote que nos cobra dos mil 500 dólares. Atravesamos el desierto tres noches. Camina uno la primera noche, siguiendo a un guía. Lo levanta a uno una troca y después otra vez a rodear migración. Caminas otras dos noches y ya el último levantón; ya de ahí lo llevan para Arizona y haya lo trasladan a Los Ángeles a una casa y ahí ya va el familiar o un amigo”. En su caso, será una hermana quién los recoja una vez que hayan logrado cruzar la frontera. Su hermana tiene ya 20 años en Los Ángeles, ella cuenta con un permiso temporal, CBP por sus siglas en inglés. Será ella la que pague al coyote y quién les ayude con un trabajo, pues es dueña de una compañía de servicios de limpieza. “A ella le va bien, tiene una pequeña compañía de limpieza, limpia casas, oficinas, a eso se dedica ella. Ahorita vamos con ella a trabajar para echarle la mano y vaya haciendo más grande la compañía, primero Dios”.

La esperanza es la última que muere. Este duro viaje formará parte de sus memorias. Pero entre las cosas malas que le ocurrieron y las que quizá le faltan por pasar, Enrique no olvidará que los mexicanos fueron un gran apoyo: “Yo estoy agradecido con la gente, es muy bondadosa aquí en México. Que Dios me los bendiga a todos los mexicanos”, mencionó lanzando una bendición y continuó su camino rumbo “al sueño americano”.